Terapia en el embarazo

¿Por qué acudir a terapia durante el embarazo?

La maternidad es una experiencia sumamente transformadora. Posiblemente, si preguntásemos a cualquier mujer, podría contarnos que convertirse en madre ha marcado un antes y un después en su vida. Los cambios físicos, psicológicos y sociales que acontecen en esta etapa la convierten en un período de aprendizaje, crecimiento y transformación, pero también en una etapa de mucha vulnerabilidad en cuanto a la salud mental se refiere. 

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Cambios psicológicos y cerebrales durante el embarazo

Como explica la doctora Susana Carmona en su libro “Neuromaternal”, durante el embarazo se producen muchos cambios neuronales en el cerebro de la mujer, que precisamente sirven para prepararla para su nuevo rol. Este período perinatal se caracteriza por ser la etapa de mayor neuroplasticidad de la vida adulta, es decir, es el momento en el que el cerebro pone en marcha su capacidad para realizar cambios adaptativos en respuesta a los cambios internos y externos. La intensidad de estos cambios, tanto a nivel físico, como psicológico o social, hacen de la maternidad un período similar a la adolescencia en términos de plasticidad cerebral; para hacer referencia a la magnitud de estos cambios, algunas autoras han acuñado el término matrescencia.

Atravesar esta etapa implica una crisis adaptativa en la que se reevalúan aspectos de la vida que antes se daban por hecho. A menudo, en el proceso de convertirse en madre, no solo se revisan gustos, creencias y valores, sino también las relaciones con otros miembros de la familia, las dinámicas de pareja o las relaciones con amistades. Convertirse en madre implica también encontrarse con un nuevo ser dependiente de una, lo que nos lleva a redefinir y a tener que encontrar nuestro nuevo yo, ya no solo como un ser independiente sino como un ser-en-relación con la nueva vida que se abre paso.

Miedos y preocupaciones habituales durante el embarazo

El proceso de gestar, de crear una vida, es exigente en términos físicos y también a nivel psicológico. Aunque pueda ser un momento maravilloso en la vida de una mujer, también es normal que aparezcan en esta etapa miedos y preocupaciones de distinto tipo. Desde las preocupaciones económicas y materiales, que a menudo se disparan por tener que criar en condiciones de precariedad, hasta las preocupaciones relativas a la salud.

Es completamente normal que los miedos vayan cambiando a lo largo del embarazo. Durante el primer trimestre es habitual la incertidumbre, el miedo a tener una pérdida gestacional o a que haya alguna malformación o complicación con el bebé. Una vez termina esta etapa, el segundo trimestre suele caracterizarse por ser una fase más luminosa, enérgica y vital -si los síntomas físicos y las circunstancias lo permiten-, aunque también pueden mantenerse inseguridades y miedos relacionados con la salud, que pueden llevar a tener un control más rígido de la alimentación, el ejercicio físico u otros hábitos de vida. Si no ha aparecido antes, es muy común que conforme se acerca el tercer trimestre surja el miedo al parto y a las etapas que vienen después, y es frecuente que en esta etapa pueda haber un repunte de ansiedad. Hablaremos de ello en otro post, aunque ya os adelanto que el miedo al parto tiene mucho que ver con las ideas preconcebidas que tenemos del parto como sociedad.

El embarazo es un estado de salud, no de enfermedad; por ello, las pruebas médicas que se realizan a modo de seguimiento son recomendables, aunque no obligatorias. En este sentido, cabe señalar que, aunque es muy positivo contar con información para vivir el embarazo de manera consciente, la exposición a sobreinformación puede ser dañina, generando un estado de hipervigilancia e hipocondría que dificulta que la mujer pueda dejarse llevar y disfrutar. Por ello, es recomendable acudir únicamente a fuentes actualizadas y fiables, dosificar la información que recibimos, y ejercer con autonomía el derecho a elegir a qué pruebas nos exponemos o pedir una segunda opinión si es necesario.

Autocuidado y hábitos saludables en el embarazo

El embarazo, como hemos comentado, es una etapa preciosa de especial sensibilidad y significado, pero no por ello debemos verla como un estado de enfermedad, sino todo lo contrario: es el momento perfecto para potenciar los cuidados sobre una misma.

Seguramente habrás escuchado que durante el embarazo tienes que comer por dos, algo que no es del todo cierto, ya que como señala la matrona Rocío García-Viso, se trata más del cómo que del cuánto. Lo importante es comer consciente, pensando en lo que comes, manteniendo una dieta equilibrada y nutrida y siguiendo las señales de hambre y saciedad de tu cuerpo.

Contrariamente a lo que se pensaba hasta hace unos años, es muy beneficioso practicar ejercicio físico de manera regular. Esto te permitirá sentirte más ágil y activa y llegar en mejor forma al momento del parto. Eso sí, debe ser una actividad física adaptada al embarazo, evitando siempre golpes en la zona abdominal, ejercicio físico extenuante o sobreesfuerzos. Algunos de los ejercicios más recomendables son la natación, el pilates o yoga adaptados, el baile o el entrenamiento funcional o de fuerza adaptado al embarazo.

Igualmente, es muy importante cuidar el descanso. Mientras que en el primer trimestre es común sentirse muy cansada y querer dormir más, es habitual que conforme avanzan los meses y el bebé va creciendo dentro del útero la calidad del sueño empeore. Esto tiene que ver con los movimientos fetales, que suelen aumentar por la noche y en condiciones de reposo, con las frecuentes ganas de orinar o con el reflujo. Aun así, es muy importante intentar dormir lo máximo posible y bajar el ritmo de actividades durante el día.  

Al igual que cuidamos nuestra salud física, es importante cuidar nuestra salud mental. Teniendo en cuenta la especial plasticidad del cerebro y la magnitud de los cambios que se dan en esta etapa, el embarazo es una ventana de oportunidad perfecta para realizar un proceso de reflexión, autonocimiento y revisión personal, en el que la terapia puede ser muy beneficiosa.

Bibliografía

Neuromaternal, Dra. Susana Carmona, Ed. Sinequanon, 2024

El arte de crearte, Rocío García-Viso, Ed. Espasa, 2024

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Primer plano de un adulto sosteniendo a un bebé. El adulto lleva un suéter de punto gris, y el bebé está envuelto en una tela de punto gris similar. Las manos del adulto están acunando con delicadeza al bebé, y hay un juguete de peluche visible cerca del bebé.

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